No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas. Seneca
Y de repente estamos en septiembre.
En mi caso esta inicio de curso se caracteriza porque vuelvo por un tiempo (sin definir) a vivir a España. Agradecida me preparo para dejar Reggio Emilia, siento que es suficiente el tiempo pasado aquí, a pesar de haber estado de forma intermitente, ya que he pasado tiempo en otro lugares: Brasil, Valencia, Indonesia.
Los momentos de cambio son esa ocasión perfecta en la que hacer una valoración del curso pasado y determinar las guías a partir de las cuales continuar caminando.
Guión
En este caso los cinco propósitos minimalistas para el nuevo curso.
Minimalistas porque no pretenden incrementar las citas de mi calendario o sumar objetos a mis armarios, sino que añaden valor a las actividades de mi día a día.
Pedir ayuda a otras personas en vez de a un dispositivo
Cuando quieras hacer una foto, saber el nombre de una calle o dónde se encuentra algún lugar. Siempre que sea posible priorizar la ayuda de una persona por encima de la ayuda del móvil u otro dispositivo.
Creo en el valor del encuentro entre las personas, aunque en muchos casos los dispositivos sean más efectivos, nunca sabes si esa equivocación de calle te va a llevar exactamente al lugar al que necesitas ir, sólo que aun no lo sabes.
Mirar a los ojos a las personas
La mirada es la forma más básica de comunicación no verbal. Estudios han demostrado que a los pocos meses de vida si al bebe no se le mira a los ojos tiende a no sonreír. Pero con mirar a los ojos no me refiero únicamente a personas que conozco, que también, sino a todas las personas con las que interaccionas: A quien te atiende en un bar, supermercado, biblioteca…
Evitar la exposición a noticias negativas
Hace años que no tengo televisión pero de todas formas estoy indirectamente conectada con noticias negativas que, en la mayoría de los casos, otras personas seleccionan para mí. Por ejemplo aquí en Italia es típico que en el edicola (el lugar donde venden la prensa) tengan impresas noticias “siempre negativas” que ponen en la acera para llamar la atención. Debajo de mi casa hay uno y muchas veces me descubro leyendo el cartel en automático, “niño de dos años muere al beber detergente en el bar de sus padres”, este tipo de noticias no me aportan nada de valor, así es que decido evitarlas conscientemente.
Apoyar proyectos anónimos
Personalmente colaboro económicamente con tres organizaciones: una asociación local de la que formo parte, una vinculada al medio ambiente y una vinculada al mundo del desarrollo con la que colaboro en situaciones concretas.
Además participo como mecenas en diversos proyectos de crowdfunding. Hasta ahora siempre han sido proyectos en los que directa o indirectamente conocía a la persona que lo realizada. La intención para este curso es colaborar con proyectos en los que crea pero en los que no tenga un “vínculo aparente” con las personas que lo han creado.
No quejarme
Este lo escribo aquí y sé que es el gran reto. Puedo afirmar que no soy una persona que se queje mucho, aunque he descubierto que lo hago de modo indirecto. Con tono pausado y carácter descriptivo pero me quejo: “Parece que hoy hay más tráfico que otros días”, “Si hubiéramos llamado antes no nos hubiéramos quedado sin plaza para el mercado”. Echart Tolle en una de sus conferencias hacia un paralelismo muy útil con la comida.
Si crees que la sopa está fría tienes tres opciones:
– Aceptarla tal y como es. Aceptarla en mayúsculas lo que quiere decir que NO quieres cambiarla
– Tomar acción para cambiar la situación. En este caso puede ser pedir en cocina que te la calienten.
– Sufrir. No te sirve de nada quejarte de que la sopa está fría, si no la aceptas o no tomas acción. Bueno, sólo te sirve para sufrir.
Estos son mis objetivos para el próximo curso. ¿Tú tienes ya los tuyos?
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