Lucía Terol

Entras en un espacio y lo que descubres te sorprende.

Muchas cosas desperdigadas por el suelo.

Una silla con ropa que asemeja la torre de Pisa (en altura e inclinación).

Y detrás una mujer que te dice: Lucía esto es una leonera.

Te presento a mi madre y a mi cuarto en la adolescencia.

El caos siempre me había acompañado.

De hecho, yo creía que en mi caos estaba mi orden.

Pero lo cierto es que solía llegar corriendo a los sitios porque siempre me faltaba algo.

Y ni sabía que tenía en el fondo de alguno de los cajones. 

A nivel interno el escenario era similar.

Demasiadas dudas, expectativas, sensación de que no era suficiente y de que siempre iba tarde.

Ahora la cosa ha cambiado.

Acompaño a personas para que puedan ordenar sus casas, sus finanzas y su mundo digital para recuperar su tiempo.

A veces podemos subestimar el poder que tiene el orden.

Esto no va solo de ordenar.

Esto va de identificar, priorizar, dejar espacio.

Porque no.

Yo no ordeno para pasarme el día ordenando, eso sigue sin gustarme.

Ordeno con alma para recuperar primero el tiempo y después la calma para poder disfrutarlo.