La ruta numero 7 del libro Esencia Minimalista, nutrir es amar, gira alrededor de la alimentación minimalista.
En muchas ocasiones lo que lleva a las personas a cambiar su dieta es un tema de peso o de ideales que no siempre va de la mano de un análisis sobre necesidades nutricionales.
Siempre he creído que llevar un determinado tipo de dieta no significa que tengas una alimentación más sana que personas con otro “título nobiliario”. Por ejemplo ser vegano no es intrínsecamente más sano que ser omnívoro ya que tu alimentación puede estar basada en comer patatas fritas.
Este ejemplo no es casual, en uno de los lugares donde trabajé en Nueva Zelanda, tenía incluida la comida. Una de mis compañeras era vegana y aunque había opciones vegetarianas lo cierto es que había pocas veganas y muchas veces ella acababa comiendo patatas fritas.
Por eso, aunque mi alimentación es básicamente vegetariana, hace tiempo que dejé de usar etiquetas, si lo necesito puedo comer pescado sin perder la coherencia. Una de las últimas veces fue el año pasado en mitad de una isla de Indonesia, dónde mi única opción era comer arroz sólo o arroz con pescado, me decanté por la segunda opción.
Guión
El poder de la alimentación minimalista
La alimentación puede cambiar nuestra vida a todos los niveles, es uno de esos pilares que siempre nos acompañan.
Después de hacer un ayuno de 21 días, como parte de un retiro de silencio, fui consciente de que la alimentación tenía un efecto distractor en la mayor parte de las ocasiones. Desde la universidad donde me levantaba y me iba a la nevera porque “evito estar haciendo lo que sé que tengo que hacer”. Como en el caso del síndrome premenstrual en el que los antojos me llevaban a comer altas dosis de chocolate, algo que era un síntoma de una carencia de equilibrio en mi vida.
Sonrío al darme cuenta de que estas cosas ya no me suceden. No, no llevo la dieta perfecta, pero sí que llevo la dieta perfecta para mí. Lo cierto es que no creo que exista la dieta perfecta sino que cada cual debe averiguar qué le sienta bien en cada momento de su vida.
Algunos alimentos que se consideran sanos puede que no sean los más adecuados para ti. En mi caso el consumo de lechuga (un alimento que se considera sano) es reducido porque para mí es pesada.
No porque lo hayas comido siempre es bueno para ti
El famoso tenista Djokovic causó una revolución con su libro Serve to win (Servir para Ganar) al incluir en este muchos conceptos en cuanto a la alimentación. En el libro el autor explica como su sueño era convertirse en el número uno y como pasó de una dieta basada en pizza, pasta, con carne y barritas energéticas durante los torneos a conocer al doctor Dr. Igor Cetojevic que le demostró que su dieta era la responsable de sus mal rendimiento.
A través de la prueba kinesiológica (de esto ya hablamos en el cuerpo sabe las respuestas) y de presionar una rebanada contra su estómago pudo comprobar como su cuerpo demostraba debilidad al gluten a través de su brazo.
Al principio parecía increíble fue sólo después de eliminar el gluten, los lácteos y el tomate, entre otros, que mejoró su rendimiento y alcanzó su sueño. Ironías de la vida, sus padres tenían una pizzería por lo que había crecido entre estos alimentos.
Aunque es algo que por ahora no se ha demostrado científicamente cada vez son más los atletas que abogan por este tipo de dietas.
Menos es más
Mi clave para una alimentación minimalista:
- Cuantos menos ingredientes mejor
Sobre todo cuidado con las mezclas, esto lo vemos en el próximo punto.
- Cuanto menos procesado mejor
Los alimentos procesados han perdido la mayor parte de las vitaminas y minerales que enriquecían los ingredientes primarios de los que están compuestos
- Cuanto menos se hayan desplazado esos ingredientes para llegar a mi mejor
Donde vives crece lo que necesitas para la época del año en la que te encuentras.
- Cuanto menos químicos lleve el proceso de cultivo mejor
Ecológico mejor que con químicos, no transgénico también mejor.
Mezclando con conciencia
Combinar bien los alimentos permite asimilar mejor los nutrientes y mejora el proceso de digestión. Así el sistema digestivo requiere menos energía que puede aprovechar para enfocarse en otras funciones.
La combinación de alimentos se hizo famosa con Herbert M. Shelton que comprobó como los distintos tipos de alimentos necesitaban diferentes tipos de enzimas en el estómago y en los intestinos.
Los grupos de alimentos se dividen en:
- Proteínas: legumbres, frutos secos y semillas, productos animales, algas
- Carbohidratos o almidones: cereales, pseudocereales (quinoa, amaranto…), raíces y tubérculos.
- Vegetales: hojas verdes y otros
- Grasas y aceites: grasas (aguacate, coco, aceitunas…), aceites
- Frutas: dulces, subácidas, ácidas
Algunas claves para combinar:
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No mezclar proteínas entre sí
Son el grupo más complejo de digerir. Aunque si son de origen vegetal (siempre que no sean legumbres) son más fáciles de asimilar por lo que pueden convivir en un mismo plato frutos secos, semillas y algas.
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No mezclar proteínas con almidones
Si piensas en esto casi todos los bocadillos del almuerzo escolar o muchos platos de pasta están descartados.
Las proteínas necesitan un ambiente ácido mientras que los almidones se digieren en un ambiente alcalino. Si mezclamos estos alimentos en nuestra comida, los jugos ácidos y los jugos alcalinos se neutralizarán entre sí ralentizando el proceso de digestión y haciendo que nos sintamos sin energía. Además provocan que no se asimilen los nutrientes así como tener gases y la barriga hinchada.
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Los vegetales sin almidón se pueden mezclar con todo menos con la fruta
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Es correcto mezclar almidones entre sí, aunque la mejor opción es mezclarlo con vegetales.
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Mezclar grasas con proteínas o almidones es correcto si se hace esporádicamente
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La fruta se debe comer sola
Es el alimento que se digiere más rápido, al tomarla como postre lo que hacemos es ralentizar y complicar la digestión. Ya que los azúcares de la fruta acaban fermentando por las altas temperaturas y acidificando el resto de alimentos. El único grupo de alimentos que combina con la fruta son los vegetales de hoja verde.
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Los melones se deben comer solos
Sin mezclar con otras frutas porque son los que tardan menos en ser digeridos.
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Los líquidos mejor fuera de las comidas
Para no diluir los jugos gástricos.
Horarios
Hace tiempo que abandoné el concepto de los horarios para comer. Ahora como cuando tengo hambre y no porque sea la hora.
Además mis comidas no son algo homogéneo y cada día lucen de una forma. Por ejemplo ayer mi desayuno fue un salmorejo, otro día puede ser fruta… Tus necesidades hoy no tienen que ser iguales a tus necesidades mañana.
Alimentación vs amor
En nuestras culturas se confunde alimentación con amor. Demostramos lo que queremos a una persona a través de prepararle un plato que creemos que le gusta. Incluso he visto como se les da a algunos niños chocolatinas y dulces como muestras de afecto, aunque si realmente pensáramos en el niño probablemente no les daríamos esos ingredientes.
Alimentación que llena vacíos
En otros casos la alimentación se usa para llenar vacíos emocionales. Esta es la típica imagen de película en la que la protagonista (normalmente mujer) se pone las botas con una tarrina de helado de la que come directamente con una cuchara mientras llora.
Lo cierto es que la alimentación y sobre todo el azúcar es un producto que va directamente al cerebro generando un incremento de dopamina y creando una dependencia en el organismo, algunos autores identifican que es igual de adictiva que muchas drogas ilegales. Recomiendo este documental al respecto, por ahora sólo en inglés.
Aunque esa emoción quede encubierta por el efecto anestesia de la alimentación, cuando este placer momentáneo pasa el dolor es doble. El vacío emocional persiste y ahora se une a una bajada en la autoestima provocada por un bajón en los niveles de azúcar del cuerpo, que en breve pedirá la siguiente dosis.
Cantidades
Algunos autores identifican que la comida que necesitas equivale a un puño de tu mano. Hace tiempo que como en un plato pequeño y he notado la diferencia, si tengo más hambre me levando y me sirvo otro plato pero para mi sorpresa esto no ocurre en la mayor parte de los casos
Cada cosa a su tiempo
Masticar, masticar y masticar.
Hasta 40 veces, según sugiere un reciente estudio de la Universidad de Iowa, esto reduce la gula y favorece la digestión así como la absorción de nutrientes.
Hay una nueva práctica que se llama mindfull eating y que consiste en el revolucionario acto de comer en silencio y conscientemente. Dejando espacio entre un bocado y otro, dejando tiempo para salivar, estando presente en aquello que haces.
Preguntas que nutren para una alimentación minimalista
Lo sabéis, soy medio adicta a las preguntas, pero para mí son la única manera que conozco de parar antes de tomar una decisión, de responder en vez de reaccionar.
- ¿Tengo hambre de verdad? En muchos casos lo que identificamos como hambre es una carencia de liquido que se sacia con un sencillo vaso de agua.
- ¿Estoy distrayéndome de algo? (emoción, tarea…)
- ¿De dónde viene mi comida?
- ¿Cómo he combinado los alimentos?
- ¿Cuánto quiero comer?
- ¿Cuántas veces mastico cada bocado?