¿Te imaginas una dieta restrictiva de pantallas?

Sería algo así como:

– No uses tu teléfono los fines de semana.

– Cancela tus cuentas en Instagram, Facebook y sobre todo YouTube.

– Quítate de WhatsApp.

– No permitas que tus hijos/as entren en contacto con ninguna pantalla.

– …

Imagínate que te dijera, que solo así podrías tener un uso ordenado.

Lo que seguramente descubrirías sería que esto no es sostenible.

Pero…

¿Quién no lo ha probado?

Yo creo que las he probado casi todas.

Durante un tiempo fui muy fan del modo avión.

Hasta que un día mi vecina llamó a la puerta.

Te hago un resumen breve: mi hijo se había hecho una herida en el colegio, Antonio no estaba en la ciudad y yo tenía el móvil en modo avión.

Ese día dejé esa dieta.

También he probado lo de tener un móvil de los antiguos. Sí, uno de esos Nokia indestructibles.

Tampoco me ha funcionado en el largo plazo.

Debo ser un poco lenta. He tenido que probarlo todo para darme cuenta de que ninguna de estas pautas rígidas funcionan.

Espero que a ti no te haya pasado.

Nos llenamos de reglas rígidas y pensamos que ahí está el orden, pero cuando las miras te das cuenta de que están llenas de control y de miedo.

No solo no funcionan en el largo plazo, sino que producen mucha frustración.

Cuando en vez de eso ordenamos y nos cuestionamos sobre nuestro uso de las pantallas, generamos un cambio en nuestra forma de actuar.

No consiste en tener unos horarios rígidos o eliminar todo, sino en atender, ordenar, cuestionarnos y desde ahí, decidir con foco en el presente.

Y de repente todo se vuelve más sencillo y más ordenado sin esfuerzo.

Más amable, más humano, menos raro…

No hacen falta dietas rígidas y la “alimentación” de pantallas se vuelve naturalmente armónica sin ser estricta.

De aquí sale el libro Ordena tu mundo digital.

Un plan concreto para atender, ordenar y crear tu propio plan con visión a largo plazo y sostenible.

Para ordenar tus espacios y tu tiempo con las pantallas.

Un manual para dejar de luchar contra nuestro mundo digital y pasar a ordenarlo.

Estos son sus ingredientes.

A ver si encuentras algo raro:

– Página 23, cómo superar la procrastinación.

– Página 35, como Laura recuperó su tiempo y tú también puedes hacer lo mismo.

– Página 141, pantallas y horarios.

– Página 133, la clave del uso consciente de pantallas.

– Página 157, la noche y las pantallas. 

– Página 159, párrafo 4, herramientas para proteger nuestra visión.

– Página 47, cómo ordenar el ordenador por partes y sin perderse. 

– Página 215, vida más allá del móvil.

– Página 61, cómo ordenar el e-mail por prioridades y organizar nuestra bandeja de entrada. 

– Página 149, ocio, pantallas y diversión.

– Página 73, aplicaciones de móvil, publicidad, promesas y uso.

– Página 207, el miedo que hay detrás de nuestro uso de pantallas y cómo transcenderlo.  

– Página 87, ordenar los archivos del móvil: fotos, música…

– Página 227, las pantallas y la naturaleza.

– Página 95, espacios de almacenamiento externo impolutos: discos externos, CD’s, USB’s…

– Página 100, digitalización.

– Página 165, el uso de las pantallas por las mañanas. 

– Página 235, cómo mantener a raya los desbloqueos.

– Página 107, armonía con las redes sociales. 

– Página 243, la zona conocida y las pantallas. 

– Página 175, la información y las pantallas. 

– Página 121, cómo liberar tu agenda de infiltrados.

– Página 187, uso de pantallas en la infancia y adolescencia. 

– Página 192, uso de pantallas en niños hasta los cinco años.

– Página 193, cuándo darle un móvil a los hijos/as.

– Página 251, muerte y vida.

– Página 259, herramienta para diseñar tu plan de acción.

– Página 273, un cuento.

¿Lo has visto?

Sí. Los números parecen desordenados, pero están ordenados de forma diferente.

Ese es el orden en el que los encontrarás si sigues la aventura propuesta en el libro.

Ordenar puede ser y será divertido.