Diversos estudios demuestran que si empiezas el día realizando una tarea o rutina, el cerebro lo siente como un éxito que te acompaña y facilita el resto del día. Los beneficios se sienten tanto a nivel emocional, con una mayor autoestima, como a nivel mental, con una mayor efectividad.
Pero no. No consiste en añadir más cosas a la lista de tareas. Se trata de crear y preserva tu ritual para dar la bienvenida a un nuevo día.
Cuando te levantes por la mañana, piensa que es un precioso privilegio estar vivo – poder respirar, pensar, disfrutar, amar. Marco Aurelio
Guión
¿Por qué ahora?
Los cambios de estación son un momento proclive para que la energía se tambalee. Por ello, aquí te dejo algunas claves para empezar el día con energía.
Estas sugerencias no tienen porqué funcionar en tu caso. Prueba por un tiempo, encuentra lo que encaja contigo y mantén el compromiso.
Acuéstate temprano
La clave para disfrutar de un día lleno de energía, es dormir lo suficiente. Así, yo no apuesto por levantarse temprano, sé que esto llegará naturalmente si te acuestas antes.
Quizás es buena idea, si aun lo haces, dejar de ver la televisión por la noche o, convertir las cenas fuera en meriendas entre semana.
Cambia el sonido del despertador
Si te despiertas con un sobresalto no es lo mismo que si te despiertas con una sonrisa. Personalmente estoy buscando un despertador en el que pueda cambiar el sonido sin que sea el del móvil, mientras tanto pruebo diversas opciones. Durante un tiempo mi despertador fue este. Imposible no sonreír al escucharlo.
Eso sí, cámbialo de vez en cuando, lo que te hace sonreír hoy seguramente no lo haga dentro de medio año.
Empieza el día con un poco de silencio o meditación. Siempre puedes guardar silencio en otro momento del día pero personalmente, el silencio de la primera hora de la mañana me da una claridad especial que me acompaña toda la jornada.
Determina cuál va a ser tu objetivo del día, tanto a nivel personal como profesional
Ahora determina un momento en la agenda en el que vas a desarrollar ese objetivo. A mí aquí me funciona una regla básica: cuanto antes mejor.
Escribe
Escribe lo que quieras por el tiempo que quieras: sueños, ideas, agradecimientos, preocupaciones… Vacía la mente en un papel sin buscar una coherencia, simplemente deja salir.
Incluye fruta en tu desayuno
Después del ayuno nocturno el cuerpo agradece alimentos que sean fáciles de digerir.
Manos a la obra
La mañana es un espacio sagrado y lo que hagas en ese momento determina el resto del día.
Puede que ya tengas tus rutinas personales y si te funcionan quizás este sea un momento para valorarlas. Pero, si sientes que últimamente te falta tiempo, llegas cansada al final del día, este es el momento de revisar lo que haces y probar opciones nuevas. Recuerda, la casualidad no existe, si estás leyendo este artículo es por algo.
La clave no está en hacer muchas cosas sino en la constancia.
Minimizar nuestra rutina pero convertirla en un ritual es la esencia del éxito.