Una de mis pasiones es la ropa limpia, aunque no me refiero sólo a la ropa sin manchas.
Después de haber pasado un tiempo viviendo y estudiando en Bangladesh conecté profundamente con el concepto de ropa limpia, que está además vinculado con la campaña con la que comparte nombre. Dicha campaña se plantea una serie de pregunta en relación a las condiciones en las que las prendas han sido creadas.
Guión
¿Qué sociedad estoy creando con las prendas que uso?
¿Qué puedo hacer?
Hoy traigo una propuesta a la que me he unido de forma informal hace tiempo y de forma oficial este verano.
#El proyecto 333.
Y, aunque parezca mentira, no he elegido yo el nombre. El número 3 continúa persiguiéndome.
Esta iniciativa la desarrolló Courtney Carver en su blog en inglés Bemorewithless mientras que ha sido Valentina Thorer de ValeDeOro la que la ha acercado al mundo hispanohablante.
¿De qué va esto?
El experimento consiste en seleccionar 33 prendas que serán las únicas que usemos durante 3 meses. Aquí están incluidos accesorios y calzado, pero excluidos pijamas, ropa interior y ropa de deporte, aunque yo sí que he incluido mis zapatillas.
Puedes adquirir nuevas prendas pero manteniendo siempre el número 33, por lo que si una entra, otra tiene que salir.
¿Para qué?
“La revolución minimalista de la ropa ayuda al medio ambiente y te ayuda a ti misma”
– En un planeta finito no podemos continuar con un consumo descontrolado. No comparto la idea de un consumo desmedido para mover los mercados, sino que apuesto por un consumo consciente, preferiblemente local y feliz (que no genere sufrimiento).
– Es un ahorro energético, tanto del tiempo que se utiliza eligiendo la ropa que vas a usar, como la inversión económica de adquirir nuevos bienes. ¿Cuánto tiempo pasamos comprando, viendo, eligiendo o hablando sobre ropa? Con este proyecto se reduce exponencialmente. Bueno, lo de hablar quizás no porque una vez lo pruebes querrás que todo el mundo se una.
– Visibiliza la dualidad entre la ropa que tienes y la ropa que usas. Es una ocasión estupenda para descubrir las características imprescindibles de las prendas que eliges, tanto de cara al proyecto, como a tus futuras adquisiciones.
–Trae libertad. Retomas tu poder y la libertad de elección.
Mis descubrimientos. Lo que yo busco:
– Que sea cómoda y fácil de lavar. Evito por todos los medios prendas que tenga que lavar a mano.
– Que ocupe poco espacio. Viajo mucho, incluso podría decir que llevo una vida semi-nómada, si ocupa mucho espacio difícilmente lo voy a usar. Aunque toda regla tiene una excepción, en mi caso son las faldas largas.
– Que sea de colores que favorezcan. Lo que quiere decir que el beis no está entre la ropa que uso.
– Que sea limpia. Ropa de comercio justo y/o ropa de segunda mano, prefiriendo ropa de calidad.
Y aquí os dejo las prendas ganadoras.
– 11 pantalones y faldas. En verano uso sobre todo faldas
– 5 complementos. No se incluye lo que uso a diario que es un anillo y un collar.
– 12 camisetas y chaquetas
– 3 calzado. Incluyo las zapatillas que uso para correr.
Como veréis no suman 33 sino 31. Faltan por añadir un vestido de BBC (bodas, bautizos y comuniones) y el bikini.
¿Son suficientes 33 prendas?
Suponiendo que te cambias de ropa cada día y que las tienes que llevar durante 3 meses, eso suma 91 días con sus 91 combinaciones.
Si tienes 10 camisetas y 10 pantalones/faldas, eso suponen 100 conjuntos posibles, bastantes más de los que necesitas. Pero, imagino que no todo combina con todo. Supongamos que sólo combinarán entre sí el 50% de las prendas (seguramente el porcentaje sea mayor) eso da 50 conjuntos de ropa.
Por lo que repitiendo conjunto sólo una vez en los 3 meses suman más 91 días. Desde mi punto de vista más que suficiente.
¿Y qué hacer con todo lo demás?
Puedes tener 3 prendas de repuesto. En mi caso he dejado una camiseta, unos pantalones y un bolso.
Más allá de eso… Donar, vender o regalar.
Siempre hay organizaciones como las tiendas de ropa de segunda oportunidad de Oxfam Intermon que están agradecidas de recibir prendas en buen estado.
Como todo, esta iniciativa es una orientación, yo he decidido llevarla a cabo de manera pura pero se puede adaptar a las necesidades personales de cada persona.
¿Te atrevés?
El primer paso es acercarte a tu armario y hacer un conteo aproximado de cuántas prendas tienes. No te olvides de contar calzado y complementos.