No suelo escribir post tan personales, de hecho el último estaba relacionado con el marketing pero quería compartir esta experiencia teniendo en cuenta que se acerca la época de los viajes y es muy probable que no todo salga como has planeado.
Guión
De bruces con la realidad
3:45 am suena el despertador. Ahí empieza el viaje hacia Bari, me lleva Antonio, aprovechamos el viaje para valorar la experiencia italiana.
A las 8:50 am aterrizo en Bérgamo, tengo 5 horas hasta el nuevo vuelo así que me voy a la ciudad. A las 12:30 poco antes de subir al autobús que me devuelve al aeropuerto me llega un mensaje “Lamentamos informarle de que su vuelo ha sido cancelado”.
¿Y ahora?
Al llegar al aeropuerto descubro una decena de vuelos cancelados en los paneles y una fila de unos 50 metros de personas que esperan a ser atendidas. Pregunto a mi alrededor, hay poca información y en algunos casos contradictoria: “no hay vuelos hasta el miércoles”, “te devuelven el dinero del billete”, “tienes derecho a cambiar tu vuelo incluso por otro de otro aeropuerto”.
Análisis de la situación y empieza la acción
10% de batería en el móvil, sin número italiano para comunicar, decido poner el foco en solucionar la parte del móvil. Pongo el teléfono en un cargador a pago, lo dejo allí media hora y vuelvo a la fila, que parece no avanzar. Al recoger el teléfono descubro que tiene un 7% de batería, no se ha cargado nada. Pruebo de nuevo con otro cargador y sucede lo mismo. Mientras he encontrado a una señora polaca con la que me turno para estar en la cola, una se va y la otra “avanza” con las maletas y al contrario.
Compro el número italiano pero como no tengo teléfono le pido a un chico hacer una llamada desde su móvil, llamo a Antonio que está a unos 800 km y le explico la situación. Al colgar me doy cuenta de que esta llamada no me ha aportado ningún valor, él se queda preocupado y mi situación no ha mejorado lo más mínimo.
Decido ir tienda por tienda preguntando si alguien me lo puede cargar, al final en el punto de información del aeropuerto acceden y dejo allí el móvil. Al volver a por el 20% más que suficiente para comunicar.
15:00 pm Aeropuerto de Milán
Activo mi tarjeta, pero no consigo configurar internet porque necesito internet para cargar las preferencias, paradojas de la vida.
Alguien me dice que se puede hacer un cambio de vuelo online, pero que el sistema está bloqueado porque somos demasiadas personas intentándolo. Decido intentarlo.
Llamo a Antonio está en la playa con un grupo de amigos, parece que no tiene Internet. Llamo a Alemania (he comprado una tarjeta que tiene 300 minutos gratis al extranjero) en 10 minutos se corta la comunicación porque parece que no tengo saldo. Vuelvo al mostrador y el chico me dice que a veces tardan días en activar las promociones. Mientras suena mi teléfono, es el equipo de la playa de Italia, tienen la tablet de una de ellas y pueden acceder. Consigo hacer un cambio de vuelo para el día siguiente a otro aeropuerto pero siempre Alemania.
Durante esta conversación se activa la promoción, llamo a Alemania e informo del cambio. El equipo alemán me prepara la información del billete para llegar de ese aeropuerto a la ciudad a la que tengo que ir.
Tengo el vuelo. Abandono la fila que en tres horas ha avanzado sólo 20 metros antes les cuento a las personas cómo he conseguido tener un billete. La gente no parece escucharme me responden con las mismas quejas que escuchaba cada vez que volvía a la cola.
Llamo al equipo italiano para pedir un alojamiento. Consiguen una habitación cerca del aeropuerto en un lugar rodeado de naturaleza y con una mujer encantadora que llega a buscarme en 15 minutos.
16:30 pm abandono el aeropuerto.
Siguiendo las señales
Me ducho (el agua limpia a todos los niveles tanto físico como espiritual), me conecto al Wifi y descubro que no funciona. Me acerco a la recepción y conozco al marido de la propietaria que resulta ser de una ciudad cerca de Joao Pessoa, la ciudad de Brasil donde estuve viviendo y que me robó el corazón. Sincronía divina.
Hablamos durante un buen rato cuando vuelvo a la habitación me da apenas tiempo a decir que estoy bien y a salvo porque luego me tumbo en la cama y me quedo dormida profundamente.
A la 2.00 am me despierto compro los billetes de Alemania y me pongo a meditar.
Aprendizajes minimalistas para planes trucados
Analiza tu situación ampliando el foco
¿Dónde te encuentras? ¿Qué posibilidades tienes? esas son las preguntas base. Si te centras en el problema la visión se reduce, es necesario ampliar y poner el foco en las posibles opciones.
Pide ayuda
En mi caso la primera llama a Antonio, no fue fructífera él se quedó preocupado y yo no había solucionado nada. Además de tener que informarle cómo iban las cosas cuando me encontraba sin teléfono.
Identifica qué necesitas, identifica cómo podrías mejorar su situación y si te hace falta pide ayuda.
Si quieres ir rápido ves solo, si quieres llegar lejos ve acompañado
Muévete
Es necesario pasar a la acción, aunque sólo puedas hacer una cosa es probable que ese movimiento te lleve a otro movimiento. Muchas de las personas que estaban delante de mí en la fila no se movieron en todo el tiempo, yo me fui y se quedaron allí esperando.
Lleva lo que necesites
Esta experiencia hubiera sido completamente diferente si hubiera tenido que cargar un maletón en vez de llevar mi mochila. ¿Necesitas todo lo que llevas en el bolso? ¿En la cartera?
Un mundo sin quejas
Este tema de una de las 21 rutas del libro Esencia Minimalista, invierte la energía que podrías gastar quejándote en hacer algo para mejorar tu situación.
¿Qué puedes aprender?
Soy consciente de que nada sucede por casualidad y confío en que cada cosa que llega a nuestra vida trae un aprendizaje. Estos son mis aprendizajes.
Este es uno de los mantras de mi vida: La vida no siempre nos da lo que queremos, pero siempre nos da lo que necesitamos.
Relájate en vacaciones
Los estudios dicen que uno de los periodos en los que te separan más parejas son las vacaciones.
Recuerda somos esencialmente interdependientes y estamos en continua evolución. ¿Qué necesitas?