Lo confieso, soy dependiente de mi teléfono móvil, por ahora. Sí, antes tenía la duda, ahora que he empezado a llevar un seguimiento me doy cuenta de que las veces que lo cojo en mano son más de las que me imaginaba.
Un amigo siempre me dice que nuestro lenguaje determina nuestra forma de actuar por eso digo que soy dependiente de mi teléfono móvil, por ahora. Ese “por ahora” me deja el espacio para que haya un cambio y sobre ese cambio escribo hoy.
Guión
La evolución de los móviles
Los teléfonos móviles han entrado a formar parte de nuestro día a día rápidamente. Yo crecí sin teléfono en el bolsillo y ahora cuando salgo de casa sin él siento que me falta algo.
En cierto sentido nuestra vida, en la mayor parte de las personas, se ha hecho dependiente de estos aparatos.
Aunque este aumento en la conexión nos facilita la vida en muchos aspectos, produciéndonos gratificación, lo cierto es que al mismo tiempo nos puede limitar.
¿Cómo nos limitan los móviles?
Distracciones
Esta quizás es la más clara, nos ofrecen un amplio abanico de posibilidades para distraernos. Lo que fomenta nuestra procrastinación.
Autosuficiencia
Esa dependencia de un artilugio en cierto sentido limita nuestra autosuficiencia.
Eterna espera
Cuando compartimos en las redes sociales, en cierto sentido después queda la espera de respuesta externa para que se complete lo que hemos hecho.
Escapismo
De las emociones que aún estando no queremos escuchar. Es mucho más sencillo distraerse con un teléfono que sentir una emoción “incómoda”.
Pero sobre todo
Dificultan la capacidad de estar sin hacer nada, simplemente ESTAR
Minimalismo con el móvil
En este vídeo comparto siete claves de minimalismo con el móvil.
Me había dado cuenta de que nuestra relación era tóxica 😉 y después de tomar cartas en el asunto puedo decir que no sólo he reducido el tiempo de uso, sino que este se ha vuelto mucho más eficiente.
¿Cómo es tu relación con el teléfono móvil? ¿Qué claves tienes tú para gestionar ese uso?